Si gestionas propiedades para terceros, es esencial entender cómo se reflejan los honorarios y las rentas, dependiendo de si centralizas o no el cobro de la renta.
🎥 Vídeo: Diferencia entre centralizar la renta y no centralizarla
Inquilino Paga al Gestor = Centralizar
Como gestor de propiedades para terceros, tu modelo implica que el inquilino realiza el pago directamente a ti como gestor de la propiedad. Aquí se describe el proceso:
Pago del Inquilino:
El inquilino realiza el pago de la renta directamente al gestor (tú).
Centralización de la Renta:
Como gestor, centralizas los fondos recibidos de los inquilinos.
Liquidación al Propietario:
Posteriormente, como gestor, realizas la liquidación al propietario. Esto implica transferir la totalidad de la renta al propietario, descontando la parte correspondiente a tus honorarios por la gestión integral del inmueble.
Descuentos y Facturación:
Se realizan los descuentos necesarios, como la parte de honorarios y cualquier otro concepto aplicable.
Emites una factura al propietario por los honorarios correspondientes a la gestión integral del inmueble.
Este enfoque asegura una gestión centralizada de los pagos de los inquilinos y proporciona una visión clara de los ingresos y gastos para ambas partes involucradas.
Gestor Administra y Recibe Honorarios = No Centralizar
En este modelo de gestión, como gestor, te encargas de la administración de las propiedades y recibes tus honorarios por esos servicios. Aquí se describe el proceso:
Administración por el Gestor:
Como gestor, te encargas de la administración y gestión integral de las propiedades.
Cobro de Honorarios:
Los honorarios que recibes son directamente del propietario como compensación por tus servicios de gestión.
Ingreso del Gestor:
Los honorarios que cobras de los propietarios representan tus ingresos por los servicios prestados.
Gastos para el Propietario:
Para el propietario, los honorarios pagados al gestor son considerados un gasto asociado a la administración de la propiedad.
Ingreso del Propietario:
La renta que recibe el propietario directamente de los inquilinos se considera su ingreso.
Este modelo ofrece una clara distinción entre los ingresos del gestor por los servicios prestados y los gastos del propietario asociados a la administración de la propiedad. Es especialmente adecuado cuando el propietario prefiere manejar directamente los pagos de los inquilinos.